martes, 21 de septiembre de 2010

Septiembre de 2010



Son PALABRAS a partir de una IMAGEN. Esta es la de Septiembre de 2010

Son las 8.30. Lo más sagrado del día está hecho. Luminosa es la salida de casa, ligerita, con el fresco mañanero, pasito a paso los proyectos, las buenas intenciones y también los sueños locos. Me hace gracia pisar el recorrido de mi primer cuadro urbano de Madrid, casualidades de la vida… Me encanta llegar al golpe de luz que me espera en el semáforo de Eduardo Dato con Fernández de la Hoz, respiro hondo y no puedo evitar una sonrisa de placer.

Son las 10.00. Levanto los cierres graffiteros y aterrizo en la realidad, los papeles encima de la mesa esperan pacientemente; “mis chicos” me saludan desde sus lienzos con una mirada intensa y serena; gestiones, teléfono, el correo, la impresora no funciona, quiere que le cambie los cartuchos (“sustituya el siguiente cartucho de tinta…”), que saco, agito y oigo que está a medias, pero no hay quien la convenza y se ha negado a imprimir. Yo queriendo vender y los comerciales queriendo venderme lo suyo, Jazztel, Orange… todos prometen el oro y el moro; después un chico y una chica que han ensayado la técnica de entrar despacio, tocando la fibra personal, cosa muy fastidiosa cuando tienes un trabajo a medias y un montón de “pendientes”; pasa un rato y llega otra pareja de un Banco, queriendo colocar un TPV, se saltan lo personal y lo que se les ponga por delante, sólo quieren ver al gerente, al jefe…, no saben que están delante de “chica para todo” y con un NO más rotundo que todas sus promesas juntas. Siento admiración y pena por las personas que tienen este trabajo, pero cuando la mayoría solo sobrevivimos de alguna forma nos perjudicamos, la tensión crece, casi se puede cortar con cuchillo… Suerte que también vienen mis amigos a verme y charlar.

Me voy a casa con la tarea a medias, nunca se acaba porque una puerta empuja otra, las ideas se amontonan y hay que ponerlas en fila de una. Vuelvo cansada, pero más cansados están los que pasean sin rumbo y sin trabajo, con un hilo de esperanza en sus miradas, sus siluetas sobre paisaje urbano titulado LOCAL DISPONIBLE.